Su plumaje criptico dorsal le permite hacer sus saltos y cantos sintiéndose protegido ante posibles peligros.
Fieles a sus zonas de reproducción, año tras año acuden a los mismos sitios, llamados cantaderos, donde hacen sus exhibiciones de cantos y saltos para atraer a las hembras.
Durante el cortejo emiten un sonido que se repite a intervalos de varios segundos y que pueden llegar a escucharse a un kilometro de distancia y que nos será dificil de localizar hasta descubrirle en sus cantaderos, donde pasarán varias semanas intentando atraer a las hembras.
Al terminar la época de cortejo, perderán ese precioso plumaje de gala, siendo entonces dificil distinguirlos de las hembras.
Es un auténtico disfrute para un fotógrafo de naturaleza el tener la suerte de poder hacer una sesión de cortejo a esta preciosa especie, llamada Little Bustard ( pequeña Avutarda) por los ingleses.
